De la Cruz a la Resurrección
La vida, como todos sabemos, puede ser un camino sinuoso lleno de alegrías,
tristezas y giros inesperados. No somos ajenos a las cruces que llevamos: esas
luchas personales, las tribulaciones de la vida y el peso de nuestras propias
experiencias. Sin embargo, en estos mismos momentos estamos invitados a
algo extraordinario.
Dios anhela compartir todo con nosotros. Él quiere ser parte de este caminar,
desea abrazarnos en nuestros triunfos y acunarnos en nuestro dolor. Cuando
abrimos nuestros corazones y compartimos nuestras cruces,
experimentamos una profunda comunión con lo Divino. Es en estos
momentos de vulnerabilidad y confianza que llegamos a conocer a Dios de
una manera profundamente personal.
No estamos solos en nuestras tribulaciones, porque caminamos con Cristo,
quien conoce el peso de la cruz y la gloria de la resurrección. Si nos
permitimos compartir nuestras cruces, así como nuestros mejores momentos
juntos, con Cristo y unos con otros, encontraremos consuelo, inspiración y el
verdadero significado de “la comunión”.
Por El P. Mike French, SJ y El P. Pepe Ruiz, S.J.