Honestidad con Dios
En el tercer capítulo del Génesis, hay esta pequeña y maravillosa historia
paralela en la que se nos relata que cuando soplaba la brisa fresca de la tarde,
Dios solía caminar en su jardín con sus amados Adán y Eva y compartía con
ellos todas las maravillas, y el gozo y la felicidad que Él y ellos veían en toda la
creación.
Es una imagen maravillosa de cómo en casa, Adán y Eva estaban con Dios.
Podían simplemente caminar con Él al fresco de la tarde.
Esta imagen muestra cuánto los amaba, que aceptaba su compañía. Y esto
seguramente significaba que también podían ser compasivos y
transparentes entre sí.
Dios nunca ha dejado de invitarnos a caminar con Él, y a abrirnos con lo
bueno y lo malo mostrando transparencia ante un Dios amoroso. No tenemos
que tener un revestimiento para cubrirnos cuando conversamos con El
Señor. Podemos ser honestos acerca de los temores que hay en nuestro
corazón así como también acerca de las tristezas, las desilusiones, nuestras
alegrías y cada cosa maravillosa que sucede en nuestras vidas.
¿Qué necesitas compartir con Dios el día de hoy? ¿Qué te preocupa? ¿De qué
hablas con otras personas?
Quizás puedas compartir eso con Dios y tratar de escuchar qué podría querer
decirte.
Por El Padre Mike French, SJ