Prácticas y relaciones de Cuaresma
Una forma de entender nuestras tres prácticas de Cuaresma: oración, limosna y ayuno, es a través de la
perspectiva de nuestras relaciones. Podemos verlo como una forma en la que poco a poco nos volvemos
más amorosos en tres aspectos.
A través de la oración, tratamos de enfocarnos nuevamente en nuestra relación con Dios. A través de la
limosna, mejoramos nuestras relaciones con quienes nos rodean. La limosna nos ayuda a sensibilizar
nuestro corazón a las necesidades de los demás, especialmente de los más olvidados.
¿Cómo es el ayuno una cosa amorosa entonces? Creo que el ayuno nos ayuda a sanar nuestra relación
con nosotros mismos. A menudo vivimos en automático, respondiendo al último impulso que se nos
presenta. A veces proviene de las pantallas: llámese TV, teléfonos celulares o computadoras, a veces
estos impulsos provienen de nuestra familia o compañeros de trabajo: un menosprecio percibido, un
pequeño malentendido. Podemos pasarnos la vida respondiendo a estos impulsos. Sin embargo, cuando
ayunamos, nos damos cuenta de un elemento muy importante para nuestra vida interior. Nuestra
capacidad de ELEGIR. Puedo elegir no comer ese trozo de carne. Puedo elegir no comer una comida
completa el Miércoles de Ceniza. Esta práctica comunitaria nos recuerda a todos que SOMOS libres,
SOMOS capaces de colgar el teléfono y en cambio, salir a caminar, o acostarnos más temprano. Este es
un gesto de sanación y amor hacia nosotros mismos.
Padre Pepe Ruiz, SJ.