Un Encuentro Privilegiado de Resurrección
Como ya sabrán, en las oraciones formales propuestas por San Ignacio para la Cuarta Semana de los Ejercicios Espirituales, invita a los ejercitantes a rezar por las apariciones de Jesús resucitado.
Y el primer encuentro que sugiere que consideremos es la aparición de Jesús a su madre María.
Aunque, como admite el mismo Ignacio, no hay ninguna escritura que nos ayude en esa contemplación, todavía le da a ese encuentro privilegiado la primera prioridad en su lista propuesta.
Y, en verdad, con buena razón.
Quien, más que nadie, necesitaría recibir esa consoladora verdad. Mientras ella estaba al pie de Su cruz, podemos imaginar fácilmente, en nuestra propia consideración en oración, cómo miró a su Hijo, y luego a los cielos, y escuchó al Enemigo susurrando en su oído: "¿Dónde estás ahora? ¿Gabriel?
Esa fue su rendición final al llamado de la fe que era solo suya para vivir. Y ahora, era justo que ella fuera la primera en saber “el resto de la historia”. Y, como siempre lo hizo a lo largo de su vida, sigue intercediendo por todos y cada uno de nosotros, para acoger esa bendita seguridad:
“Estoy bien en nuestras almas”