Reverencia a Dios y los Demás
Hemos estado explorando tres actitudes que San Ignacio de Loyola sugiere como formas de ingresar a la vida con un sentido de propósito y dirección. En la publicación anterior, hablamos sobre la actitud de Alabanza hacia Dios. Siéntete libre de retroceder y leer esas dos publicaciones. Aquí hablaremos sobre la actitud de Reverencia hacia Dios y los demás.
Hacia Dios, la reverencia implica el reconocimiento de que Dios es completamente diferente, incluso cuando sabemos que está cerca de nosotros y se preocupa por nosotros. No podemos controlar a Dios, no podemos comprender completamente a Dios. Dios es más grande que mis problemas y más grande que mis ideas sobre lo que Dios debería hacer.
La actitud de reverencia hacia nuestros hermanos y hermanas tiene que ver con la idea de que nunca entenderé completamente a otra persona: sus pensamientos, su historia, su vida interior, lo que Dios está haciendo con ellos. Por lo tanto, no intentaré pretender que lo hago. Esto es la base del respeto en nuestras diferencias. No trataré de cambiarte ni forzarte a ser más como yo creo que deberías ser. Esta actitud puede ser difícil de practicar, especialmente hacia las personas a las que estamos más cercanos, porque asumimos que las conocemos, y es posible que las conozcamos bien, pero vale la pena recordar que nunca conoceré completamente a otra persona y nunca comprenderé completamente lo que Dios está haciendo con ellas.
P. Pepe Ruiz, SJ